martes, 28 de agosto de 2012

Hasta el último pelito de la capocha

Encontré mi vereda del Sol a las 9:00 am.
Acudí a tu auxilio de forma inmediata. 
"Hola, qué tal?", tu sonrisa y perdí por goleada. 
Te apoderaste al instante de mi ocio 
Y al fin y al cabo, pude entender que hiciste negocio. 

Una ráfaga de balas seductoras 
No lograban vulnerar una coraza idiota 
Y con mi seguridad ya en la miseria, 
Fuimos por un café, juntos, los 3: vos, yo y tu histeria. 

Sin mucho más que hablar, nos despedimos. 
Comprobé que ya era inútil extender ese partido. 
Colgué los timbo y bajé la persiana, 
sin embargo, tu autoestima cascoteó mi ventanta. 

Sugerías necesitar mi delirio. 
Para ganar espacio, me mostré cual tipo tibio. 
Empezó a inquietarte mi nueva conducta, 
pero caí derrotada por tus brotes de astucia. 




Quién dijo que no se puede combinar 
inconstancia, inconciencia y lealtad? 
Que es imposible dar un paseo 
un día a tu cielo, un día a mi infierno? 

martes, 21 de agosto de 2012

Lo cotidiano no es natural

Hoy pasó algo extraño. Me dejé guiar por un impulso. Quería salir pero me quería quedar, lo de siempre, eso no es lo extraño. Visita rápida a lo de la vieja más copada de todas, fotos y caramelos de por medio, una ventilación rápida en el balcón que da a la avenida más larga del MUNDO.

De repente, impulso. Me voy a tomar el colectivo. Todavía no sé si quiero ir, pero me voy a tomar el colectivo igual. Piso la parada y casi me pisa a mí, en el momento exacto, no voy a llegar tarde. Qué bueno! Porque si tardaba mucho, no iba nada. Total, ya estaba jugada de tiempo. Más gente que de costumbre, un nene hablándole a la mamá: -estás feliz? mamá, estás feliz? Con un tono de voz más finito que lo soportable, y la madre que no emitía sonido. La señora de atrás mío, en la que me ví reflejada cuando estoy nerviosa y lo quiero disimular, igualita, igualita a mí, hablando despacito y tratando de calmar a los demás, cuando quien necesita ser calmada es ella y nadie más.

De repente, impulso. ¿Dónde está mi guia-t? Con este sol después de dos semanas de lluvia no me puedo encerrar en un galpón. Si me ubico rápido antes de llegar me bajo. No está la guía, qué mierda. Y si me bajo igual? Claro... la mujer que deja que los terceros, los objetos en su defecto, decidan por ella. Esta vez un duendecito interno hizo que gire la cabeza y vea la plaza justo enfrente mío, soleada, esperándome. La puerta del colectivo abierta. El nene que no callaba. El sol. Me bajo. El pecho. El respiro. ¡El sol! En mi cara. Las 17:01, y yo había bajado a veinte cuadras de destino. ¿Y qué placita es esta? No me importa, no me importa la guia-t ni nada. Eso me pedía mi cuerpo HOY. Sol. Derecho al banquito, me saco las botas y así me quedo un buen rato. No fue un duendecito interno, fuí yo nomás. Rut...rut... no la puedo ni pronunciar mirá.

Y así fue que lo ví. Las casualidades NO existen. Sí, es de las pocas cosas de las que estoy segura en la vida asique lo voy a afirmar cuantas veces sea necesario. Así fue que descubrí al que próximamente me va a acompañar de por Vida, si me animo... Se los presento nomás.

Raíces.
majestuoso. 




sábado, 11 de agosto de 2012

"Después de la tormenta...

viene la calma?"

Ahora sí, estoy tranquila. Esta vez duró como dos horas la indecisión. Cuesta compartir tiempo conmigo misma, aceptar las vacaciones, que no estoy sola, que puedo pasar tiempo sola, que tengo cosas hermosas para hacer, pero que también hay un mundo afuera para salir a explorarlo, que quiero ver a éste y a áquel, pero también algún día estaría bueno probar quedarse sola, y así... Bueno, ésa vendría a ser la tormenta no? Como esas muchas cuestiones más. No sé si es que realmente hoy pude conmigo misma, o si Radiohead lo hizo. http://www.youtube.com/watch?v=41Yz5JtnNwM