domingo, 10 de agosto de 2014

10 de agosto

"No te lo tomes tan a pecho", me dijo. Ella, mi amiga hermana maestra y todo eso que sabemos. "Es que no entiendo bien" le dije, entre varias otras cosas más. Quizás ellas tengan razón, y éste el día de mañana sea un recuerdo más, quizás un gran recuerdo que me cambió la vida, quizás un recuerdo que deje atrás.
Ahora sí, lo que es cierto acá es que me dejé de lado en muchas cosas. A mí y mi amor por mí misma. Dejé de pintar, tejer, escuchar música, bailar sola, escribir. Dejé de rezar. Dejé de reflexionar. Ocupé mi tiempo en tantas cosas intentando re descubrirme y re inventarme en un lugar desconocido para mí, y el cual me desconocía. Claro, está bueno jugar de esa forma, pero la vida para afuera a veces distorsiona el camino recorrido internamente.
Otra de ellas me dijo que nunca pierda de vista la polaridad de la fortaleza y las debilidades. Y Ana me dijo que salga de mi lugar de "sacrificio". Tenés razón en eso Ana, yo no crezco haciendo una boleta hacia el futuro para quién sabe quién, y ese otro alguien, quizás nunca me vea. Y no estaría mal. Pues las cosas hay que hacerlas con AmOr.

Está bien, me volví a ir, no se cuándo perdí mi capacidad de concentración.
Me estoy cuidando. Todo es mucho más sencillo. La mente a veces se confunde, desenredala. Me abrazo, me quiero. Me doy mi tiempo, empiezo por mí. Me dejo mimar. Soy fuerte. Siento, siento y me observo. Muy tranquila estoy. Rezo, me miro y, sabiendo-me, miro hacia afuera. Seguro del lugar que ocupo, por propia construcción y decisión.
Y me voy a acostar un rato, porque me lo merezco, o simplemente porque lo quiero, ya que todos nos merecemos todo, entonces tomo las riendas de mis deseos...

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